miércoles, 13 de marzo de 2024

Final Fantasy XVI

Lo sé, hace tiempo que, nuevamente, he dejado desatendida esta  santa casa. Precisamente la última entrada que publiqué trata de lo mismo que ésta: Final Fantasy XVI, pero es lo que pasa cuando se le complica a uno el tiempo libra para sentarse a escribir, y cuando  ese tiempo libre lo dedica, precisamente, a jugar al juego del que va esta entrada. Hoy toca hablar de mis impresiones finales de esta última entrega de Final Fantasy.
 
Antes de nada, os aviso de que voy a revelar detalles de la trama, así que no me vengáis luego con quejas. Comenzamos por lo más básico: asumimos el rol de Clive Rosefield, primogénito del archiduque de Rosaria, que es uno de los muchos territorios de Valisthea. En este mundo hay una serie de cristales madre (porque esto es Final Fantasy) de los que emana la magia. Además de estos cristales madre hay otros cristales más pequeños que usan los portadores, los cuales son tratados poco menos que como no humanos. Por otra parte, existen los llamados dominantes, personas que pueden invocar a los eikon. Precisamente pronto aprendemos que Clive debería ser el dominante de Fénix, pero que no ha sido bendecido con ello. En cambio, es su hermano menor Joshua es el dominante de Fénix, lo cual lleva a la madre de ambos a despreciar a Clive y adorar a Joshua. También se nos presenta un personaje importante en la historia: Jill, que es la dominante de Shiva y que se cría junto a los hermanos como una más.

 
La historia se desarrolla rápido. Al principio del juego Rosaria es atacada precisamente porque la madre de Clive y Joshua traiciona a Rosaria aliándose con el Imperio de Sambreque. Sin embargo, todo sale mal y Joshua muere, o la menos eso es lo que nos hacen creer, al aparecer un segundo dominante de fuego con el que nadie contaba. La muerte de Joshua y del padre de ambos atormenta a Clive durante gran parte de su vida. La historia da un salto y muestra a Clive como un peón del Imperio de Sambreque. Es aquí donde sabemos del avance de las tierras estigias, que dejan yermo todo, y de las disputas entre los distintos reinos de Valisthea, dominantes mediante. No os aburriré mucho más con la trama, porque me quiero centrar en el juego en sí, pero os diré que a medida que avanzamos Clive descubre que es el segundo dominante de Fuego, que Joshua está vivo, y que va adquiriendo los poderes de otros dominantes a los que se va enfrentando durante la historia. Todo ello forma parte del plan de Artema, un ente que busca que Clive se fortalezca para que sea un mero recipiente de su poder.
 
Bueno, una vez soltada la chapa de la historia, la cual a veces es un tanto enrevesada y requiere repasar las palabras clave que el mismo juego destaca, os voy analizando mis impresiones en otros aspectos. Comenzando por la ambientación, os diré que ésta es marcadamente triste y medieval. Como parte de ese maltrato a los portadores del que os hablaba antes, muchos de los escenarios reflejan una absoluta falta de vida. Sí, empasta con la propia historia, pero a veces se hace excesivo. En muchas ocasiones me llevaba a recordar películas medievales que vi cuando era pequeño que trataban de la peste negra. Esa sensación de tristeza y oscuridad (en contraste con otros Final Fantasy mucho más amables y coloridos) te acompaña todo el juego y no te la puedes quitar de la cabeza. Por buscar un referente similar, es como cuando en Final Fantasy XV la noche se come al día y vuelve Noctis a escena después de años de ausencia. Como curiosidad, mi televisor se estropeó cuando empecé a jugar a Final Fantasy XVI (porque ya tenía 13 años, no porque el juego le haya hecho nada) y hasta yo creía que la oscuridad de la pantalla se debía al propio juego. Era como ver aquel episodio de juego de Tronos que grabaron casi por completo a oscuras.

miércoles, 14 de febrero de 2024

Compras compulsivas: Final Fantasy XVI

Hace casi un mes que no escribía y he podido sacar tiempo por fin para juntar algunas frases en esta santa casa. Además, en esta ocasión sí se puede decir que os hablo de un tema relacionado con juegos de rol: hoy toca hablaros de mis primeras impresiones de Final Fantasy XVI.

Antes de entrar en el fondo del asunto, hablemos del elefante en la habitación. Sí, voy con retraso. Mucho. El juego se estrenó (según wikipedia) a mediados del año pasado. Esto tiene sus ventajas, como el precio rebajado al que lo obtuve, y sus desventajas, como es hablar de él tan a toro pasado como será para muchos de vosotros. Sin embargo, allá voy con esta primera toma de contacto.

La estética del juego recuerda mucho a otros juegos de la saga, con muchos elementos reconocibles, como los chocobo, adamantamaini, molboles, etc. o los consabidos guerreros dragontinos. Otro elemento reconocible es que sigue habiendo un personaje llamado Cid. A eso le añadimos los Eikon (o invocaciones, o Guardian Force, o como se quieran llamar) que vuelven a ocupar un lugar esencial en la trama una vez más. Por todo ello, podemos sentir que sí, que esto es Final Fantasy, o al menos un Final Fantasy post Square.

miércoles, 17 de enero de 2024

Compras (no tan) compulsivas: Jedi survivor

Hoy os hablo de la que, tal y como indico en el título, es una compra "no tan" compulsiva: jedi survivor. Os preguntaréis a cuento de qué pongo "no tan" compulsiva. Es muy sencillo. Durante mucho tiempo he estado estirando y estirando mi PS4. No sufráis por ella. Sigue en buena forma, instalada en el salón para enchufarla a conveniencia. Sin embargo, el catálogo de PS4 empieza a sufrir el atropello de la PS5, y tenía entre ceja y ceja este juego desde mucho antes de que me comprara la PS5. Porque sí, la compra "sí compulsiva" que ha precedido a Jedi survivor es la de la PS5. 


Entremos ya en faena en esta reseña sobre Jedi survivor, comenzando por decir que algún spoiler voy a ir soltando, por lo que quedáis avisados de antemano. Comencemos por el principio. Jedi survivor nos vuelve a poner en la piel de Cal Kestis, uno más de los supervivientes de la Orden 66. Después de los eventos de Fallen Order, en el que Cal descubre un listado de niños sensibles a la Fuerza, Cal lleva 5 años luchando contra el Imperio sin la compañía de Cere, Merrin ni Greez. Sin embargo, eso cambiará bastante pronto en el juego. Después de una misión contra el Imperio en Coruscant en la que conoce a un mercenario llamado Bode, Cal llega al planeta Koboh, donde Greez se ha asentado. Nada más llegar se enfrenta a unos piratas que atacan a los lugareños y una cosa lleva a la otra hasta descubrir a un jedi de la Alta república que ha sobrevivido en un tanque de bacta que está tras la busca del modo de llegar a Tanalor, un planeta en el que espera un templo jedi y que podría servir de refugio para huir del Imperio.

De momento, dejo ahí la historia porque me quiero centrar en el análisis del juego en sí. La mecánica es esencialmente la misma que en Fallen Order, y eso es bueno. Tiene algunas novedades como nuevas posiciones de sable, incluida la de sable y pistola, que es la que más he usado, pero tampoco hay mayores cambios. Debido a esto, el sistema sigue siendo ágil y los combates no son especialmente complejos. De hecho, en la dificultad "modo historia" son ridículamente sencillos. Por supuesto, siempre hay algún rival especialmente duro, pero con carácter general se puede sobrevivir de manera más o menos sencilla.